Las personas necesitan oxígeno para vivir. La saturación de oxígeno indica el nivel de oxígeno en la sangre. Los valores demasiado bajos indican un problema. ¿Cómo se mide la saturación, qué valor es normal y qué ocurre si el valor es demasiado bajo?
Contenidos
- ¿Por qué necesita oxígeno el cuerpo?
- Una saturación suficiente de oxígeno en la sangre es esencial para la supervivencia
- ¿Cómo se mide la saturación de oxígeno?
¿Por qué necesita oxígeno el cuerpo?
Los seres vivos necesitan energía para todos los procesos físicos. El oxígeno desempeña un papel clave en la producción de energía: para que el metabolismo funcione, el oxígeno debe estar disponible en todo el cuerpo. De ello se encarga la circulación sanguínea, ya que el oxígeno llega con la sangre a todos los tejidos y órganos.
¿Cómo llega el oxígeno a la sangre?
Durante la respiración, el oxígeno del aire llega a los pulmones a través de la boca, la nariz, la tráquea y los bronquios con sus ramificaciones. Los dos bronquios principales de los pulmones se ramifican en vías respiratorias cada vez más finas. Al final de cada una de las ramificaciones bronquiales cuelgan los alvéolos o alvéolos como uvas. Aquí es donde tiene lugar el intercambio de gases. Un pulmón sano tiene unos 300 millones de alvéolos. A través de sus finas paredes, las partículas de oxígeno pasan a la sangre, donde se unen a los glóbulos rojos (eritrocitos). Más concretamente, el oxígeno se une al pigmento rojo (hemoglobina) de los eritrocitos. La sangre rica en oxígeno se distribuye por todo el organismo a través del torrente sanguíneo.
Así funciona el suministro de oxígeno a través de la circulación sanguínea.
Hay dos circuitos: en el circuito pequeño, el ventrículo derecho bombea sangre pobre en oxígeno a los pulmones, donde se enriquece con oxígeno y vuelve al corazón a través de la vena pulmonar. En el segundo circuito, el grande, el ventrículo izquierdo bombea la sangre rica en oxígeno al interior del organismo. Se liberan oxígeno y otras sustancias importantes, y se absorben los productos de desecho y el dióxido de carbono. La sangre desoxigenada vuelve al ventrículo derecho a través de las venas, cerrando ambos circuitos.
Una saturación suficiente de oxígeno en la sangre es esencial para la supervivencia
La saturación de oxígeno muestra qué porcentaje de hemoglobina está cargado de oxígeno. Sólo con una saturación suficientemente alta el organismo funciona correctamente. Un organismo sano regula la saturación de oxígeno en la sangre a través de la respiración. Por tanto, una saturación de oxígeno demasiado baja indica un problema en la función respiratoria. La presencia de muy poco oxígeno en la sangre arterial se denomina hipoxemia. Es peligrosa porque puede provocar una reducción del suministro de oxígeno a todo el organismo o a órganos individuales, lo que se denomina hipoxia. Cuanto menor sea la saturación, mayor será la probabilidad de que se produzcan daños graves, especialmente en el cerebro y el corazón.
Posibles causas de una baja saturación de oxígeno en sangre
Muchos factores pueden afectar a la capacidad del organismo para aportar cantidades adecuadas de oxígeno a la sangre, entre ellos:
- Enfermedades pulmonares como asma, bronquitis, enfisema, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o infecciones agudas de los pulmones.
- Anemia (anemia)
- Insuficiencia respiratoria (fallo respiratorio): Trastornos del intercambio gaseoso en los pulmones y/o trastornos de los músculos respiratorios y del control respiratorio por el cerebro y la médula espinal.
- Analgésicos fuertes que pueden enlentecer la respiración.
- Alteraciones de la respiración durante el sueño (apnea del sueño)
- Insuficiencia cardíaca
- Estancia a gran altitud con bajo contenido de oxígeno en el aire
Posibles síntomas cuando la saturación de oxígeno es demasiado baja
Los signos de enfermedad en caso de hipoxemia pueden variar mucho. Los posibles síntomas son
- Sensación de falta de aire
- Falta de aliento
- Dificultad para respirar
- Latidos cardíacos rápidos
- Dolor de cabeza
- confusión
- decoloración azulada, a veces rojiza, de la piel, las uñas y/o el labio
- baja resistencia
- Tos y sibilancias
¿Cómo se mide la saturación de oxígeno?
Si su médico sospecha una deficiencia de oxígeno en vista de ciertas enfermedades preexistentes o síntomas específicos, medirá la saturación de oxígeno. Existen dos métodos:
- Pulsioximetría: La pulsioximetría utiliza el hecho de que la hemoglobina tiene diferentes coloraciones según el grado de saturación y absorbe la luz de forma diferente. Se fija una pinza a la yema del dedo o al lóbulo de la oreja y emite rayos de luz por un lado que penetran en el dedo o el lóbulo de la oreja y chocan con un detector situado en el otro lado. Así se mide cuánta luz llega. Un ordenador utiliza los datos luminosos para calcular la proporción de hemoglobina saturada de oxígeno.
- Análisis de gases en sangre: el análisis de gases en sangre (AGS) es una prueba de laboratorio que puede utilizarse, entre otras cosas, para medir con precisión la proporción de hemoglobina que ha unido oxígeno. Para ello, se extrae sangre arterial (por ejemplo, de una arteria de la muñeca) o sangre capilar de los vasos sanguíneos más pequeños, los capilares (normalmente del lóbulo de la oreja), y se analiza con instrumentos de medición especiales.
Mediante el análisis de los gases sanguíneos pueden obtenerse datos cada vez más precisos.
¿Cuál debe ser la saturación de oxígeno en sangre?
La saturación de oxígeno (sO₂) se expresa en porcentaje. La carga máxima de toda la hemoglobina con oxígeno es del 100 por cien. Los valores de referencia para un contenido normal de oxígeno en la sangre arterial son del 95 al 99 por ciento.
Dependiendo del procedimiento y del tipo de dispositivo, existen diferentes valores medidos para el estado del oxígeno, incluida la presión parcial de oxígeno (pO₂). Indica cómo de alta es la parte de la presión del gas total que constituye el oxígeno en la sangre. Los valores de referencia para una presión normal son de 71 a 104 mmHg (milímetro de columna de mercurio, la unidad de presión para las lecturas de la tensión arterial).
¿Cómo se trata la baja saturación de oxígeno?
El tratamiento de la baja saturación de oxígeno en sangre depende de las causas. En caso de urgencia aguda, se suministra oxígeno, por ejemplo, a través de una sonda nasal o una mascarilla respiratoria; en caso de anemia, puede realizarse, por ejemplo, una transfusión de sangre. Si hay una infección pulmonar, se trata específicamente. En caso de deficiencia crónica de oxígeno, en determinadas circunstancias puede ser necesaria una terapia permanente con oxígeno a través de un tubo. Por supuesto, en este caso también debe tratarse la enfermedad causante.
Referencia
National Library of Medicine
Créditos de las fotografías